CUBE: validación de plantas

A partir de cierta capacidad, estimar con precisión el potencial de una localización antes de desarrollar una central eléctrica es esencial para garantizar su viabilidad económica a largo plazo. Durante la fase de estudio del proyecto, el desarrollador estima la energía producible basándose en el análisis de los datos históricos de radiación solar a lo largo de varios años.

Sin embargo, rara vez existen datos recopilados in situ. En consecuencia, el modelo económico suele basarse únicamente en datos de satélites de alta resolución (en km2), que no tienen en cuenta los factores intrínsecos de la localización. El resultado es una incertidumbre que el desarrollador no puede anticipar, lo que puede dar lugar a una sobreestimación o subestimación del rendimiento anunciado a inversores y bancos.

El P50 es el valor de producción energética media. Es la estimación de referencia y de confianza para los inversores, con un 50 % de posibilidades de que la producción sea superior.

El P90 indica la producción de energía que tiene un 90 % de posibilidades de ser superada o igualada. Se trata de una estimación más conservadora, valor de referencia y de confianza de los banqueros para dimensionar la deuda de los proyectos.

La evaluación de la radiación solar anual es muy volátil, con un error sistemático, sea cual sea la base de datos de los satélites, para las localizaciones situadas en llanuras y en climas templados. En entornos montañosos o húmedos, el sesgo de estimación es mayor.

Este sesgo, que el desarrollador no puede prever antes de diseñar el proyecto, compromete la estimación de radiación anual representativa (año de radiación solar típica) y, por tanto, el «Yield Report» de las producciones de los P50 y P90 anunciado a los inversores y los bancos. Tras una campaña de medición de 12 meses, se elimina el sesgo sistemático. Las bases de datos de los satélites calibradas tienen entonces una incertidumbre del 0,5 % en lugar del 3 % sin calibración. Por tanto, el informe de rendimiento es más fiable y el modelo económico anunciado más sólido.

La calibración se realiza corrigiendo los datos históricos de los satélites mediante la campaña de medición realizada in situ. El servicio CUBE, que combina una estación de medición y un algoritmo, sirve para calibrar las bases de datos de los satélites utilizadas para establecer un año meteorológico típico.

La calibración consiste en comparar los datos de observación por satélite con los datos recopilados in situ. Se califica la diferencia sistemática entre la observación in situ y la observación por satélite y luego un algoritmo de aprendizaje estadístico procesa los datos para corregir el sesgo y obtener un coeficiente de rendimiento lo más cercano posible a la realidad.